Un día raudos acudimos a
a presentar el trípode, nuestro primer proyecto,
allí nos atendieron con amabilidad,
y las gestiones surgieron efecto.
La primera etapa de voluntariado,
se hizo en el año pasado,
y en ella los alumnos de vocación aventajados,
dejaron su corazón en el recuerdo de tanto niño vulnerado.
Daniel Fuentealba se nombraba uno joven entusiasmado,
Francisco Gómez se llamaba el otro con la misma energía.
el primero resultó ser de los proyectos un apasionado
y el segundo trabajaría en capoeira como su corazón le decía.
Pasó el tiempo y el Pancho se lucía,
mientras Gingaba con sus alumnos en el patio del colegio,
alentaba a los que se lo merecían,
y corregía la disciplina de los que no lo hacían muy regio.
El observatorio tenía entre sus objetivos,
a las iniciativas y proyectos apoyar,
fue así como a los fondos Faup concursamos con un gran motivo,
el de a los niños del colegio Jaime Larraín ayudar.
Contento se mostraban alumnos y los apoderados,
feliz se sentía el instructor,
contentos los directivos, y contento el profesorado,
mientras los niños aprendían la técnica con rigor.
Entonces vemos hoy en día el proyecto finalizado,
los alumnos ya tienen su uniforme, instructor e instrumentos que tocarán,
es por eso que en este día se muestra lo que han logrado,
aunque eso no significa que los entrenamientos terminarán.
Agradecemos entonces a
que han realizado con éxito este trabajo de colaboración,
agradecemos a Daniel y a Francisco por su trabajo meritorio,
y esperamos que nuestra alianza sea por siempre un fuerte lazo de unión.
Roberto Farías Bahamondes.
Presidente
OBSERVATORIO EDUCACIONAL DE MELIPILLA
