sábado, 20 de febrero de 2010

AVANZADO



AVANZADO.



El podía mas que todos,
y sabía que podía,
mas solo recibía apodos,
y sus profesores nada decían.

Su meta eran las nubes,
su techo las estrellas,
mas nunca yo obtuve evidencia,
de que palabras bellas recibiera.

Tanta era su incomprensión,
que se comenzó a sentir apartado,
negativa fue cada emoción,
que de apoco su cuerpo se veía enfermado.

En su cuerpo se desarrollaba lentamente,
lo que en el habían sembrado,
la educación como un niño corriente,
sin su capacidad haber evaluado.

Tal fue su triste amargura,
que encerrado en su mundo se sintió,
recibía tan poca dulzura,
que entre frustración y pena su mente se desconectó.

Falleció a los diez años,
y sus profesores lamentaron,
lo poco que había sido querido de antaño,
por lo que sus recuerdos en sus mentes pesaron.

No lloren les dijo un niño al salir,
ahora solo les queda pensar,
en lo que nos enseño antes de partir,
ya que el rol de cada alma al alejarse es enseñar.

No alcanzaban a sacar conclusiones,
cuando miraron al niño tan asombroso
de la música aún se escuchaban los sones,
pero del niño solo quedaba un aire frío y tenebroso.

El ya no estaba,
había desaparecido,
comprendían entonces lo que se gestaba,
era un angel lo que habían percibido.

Es que a veces son tantos los horrores,
que de lo alto deben bajar,
los ángeles a montones,
para las conciencias tranquilizar.

Ese fue el problema real,
de un grupo de educadores,
que se preocuparon solo de lo terrenal,
dejando lo espiritual en los albores.

Pregunto ahora a los docentes
si habrán reflexionado al respecto,
si acaso no están concientes,
que nivelar hacia abajo no es lo correcto.

En recuerdo al niño aquel
ojala nunca le suceda a uno suyo lo que han leído,
espero que cambie el sistema cruel,
para que no se pierdan talentos como los que se han perdido.

El Legado




En mi época de practicante, hace unos seis años atrás conocí un colegio que admitía no ser simcista. Basados en su religión se preocupaban de que sus estudiantes se sintieran integrados, queridos. Sentían que solo con el hecho de que asistieran al establecimiento y se mantuvieran alejados del sector en el que habitaban estaban cumpliendo con el rol moral de aportar al desarrollo de estos niños y niñas.

Aunque agnóstico ya en esos momentos, recordé una de las pocas enseñanzas que logré mantener en mi vida de las clases de religión en mi cabeza. Recordé que mi antigua creenciacatólica entre todos sus cuentos, mitos y leyendas, decía que algún día cristo en vez de dar pescado a un pueblo pobre les enseñó a pescar. Fue entonces como las instrucciones simples que algún maestro me proponía en la universidad me parecía absurdas. Nunca me calzaba eso de entregar apoyo afectivo a los estudiantes en solo 4 horas a la semana, tampoco comprendía la necesidad de reforzar contenidos y memorizarlos para las pruebas.
A su vez veía en esos tiempos durante las jornadas de descanso acompañado del televisor con noticias ( que, a todo esto pienso que debieran llamarse noticias negativas” ya que son estas las que dominan el 90 % de la parrilla programática de esa hora), en fin aquellas criticaban al gobierno de turno ya que según los periodistas la educación chilena pasaba de ser mala a peor y los representantes de la cartera educacional daban a entender la cantidad infinita de millones que estaban presupuestados para el mejoramiento de la educación municipalizada, la evaluación de los docentes, la acreditación de las universidades, y tantas herramientas ,todas a mi juicio franqueables por cualquier texto ( el papel aguanta mucho)

Entonces, a los 19 años y siendo mi segunda prepráctica, sabiendo los esfuerzos del estado, el rol incisivamente fiscalizador de la prensa y los dos años de preparación que llevaba en mi carrera docente, me sentía desconcertado. Lo que si tenía claro era que si o sí los estudiantes de establecimientos municipalizados con altos niveles de vulnerabilidad debían ocupar la resiliencia efectiva para salir adelante ya sea con una carrera técnica o profesional siendo para ello indispensable una base de educación media y básica que preparara a los niños y niñas de forma holística a ocupar sus conocimientos a su aplicación en la resolución de problemas o situaciones de incertidumbre.

Ahora, siendo profesor titular, después de haber participado en un arduo concurso entiendo la razón que tenían los jefes del departamento de educación cuando dispusieron que los estudiantes de pedagogía debían pasar por mas de cinco pre prácticas y visitas a los establecimientos no era sino la forma de hacernos reflexionar acerca de las mil aristas que tiene la educación. Lo negativo es que tantas generaciones egresadas de las distintas casas de estudio no se interesan en seguir redactando textos que sirvan a las generaciones venideras. No es ese mi caso que luego de de desechar unos cuantos recuerdos decidí compartir este verano un cuento que emergió entre olas que veía al reflexionar en un bello atardecer de puesta de sol en Valparaíso.

“El cariño es pasajero, los cursos son pasajeros, los docentes son pasajeros. El cariño no pasa a ser mas para un niño que el vago recuerdo de una profesora que en algún momento le escuchó, le tomó la atención, le acarició y le dio su apoyo.

Lamentablemente la desilusión aparece con los años. A si se sintió un esperanzado joven que se topa en el centro de su ciudad con su maestra de antaño, pero ella no lo reconoce al pasar por su lado. El joven lamentó profundamente lo sucedido y como ya tenía 26 años logró manejar su frustración para dar paso a la reflexión. Entendió a su profesora pero no dejó pasar la situación y decidió agradecerle por intermedio de la siguiente carta:

Querida profesora:

Quisiera contarle que estoy muy bien ya que estoy pensando en pedirle matrimonio a mi novia. No creo que se acuerde aquel día en que le conté la nueva relación que tenía con mi polola que perdura hace ya tantos años hasta la actualidad. Un día andaba de compras con ella en el centro y nos topamos con Ud. Y le comenté a ella que era usted la profesora que yo mas recordaba por que tenía un cercano trato amoroso pero muy firme ante lo que obviaba alguna norma, pero después de un momento de soledad e introspección recordé lo siguiente:

Cuando yo pensaba que era mala, pesada y cargante por que me hacía tener el cuaderno ordenado, nunca imaginé que sería la base para mantener ordenada mis cuentas, mis fotos, mis recuerdos, mis materiales, mis cachureos, en fin todo lo que me rodea se mantiene en orden dándome un relajo para continuar mis proyectos personales.

Durante la enseñanza básica Ud. me enseñó el valor de la higiene personal y colectiva por eso ahora me presento cada día muy bien aseado y presentado a mi oficina que también se mantiene muy limpia y ordenada.

Cuando me aburría diciéndome que la educación era el único camino para surgir yo pensaba que eso era lo que sucedía en otras latitudes y no en mi caso. Pero pasó el tiempo y unos días después de mi titulación en una comida familiar mi tío levantó su copa y con el pecho lleno de orgullo dijo: “salud por el primero de la familia que tiene un título profesional en mas de seis generaciones”.

A sí también sirvieron sus enseñanzas cuando mi madre estuvo enferma de gravedad pudimos salvarle ya que tenía unos ahorros personales, todo por que ud. repitió tantas veces: “El que guarda siempre tiene”.

Recuerdo también cuando usted nos decía que un cambio de unidad en las materias era una oportunidad para empezar de cero, para sentarse, respirar y darse una nueva chance de superarse, mejorar las notas y competir, por que no, con algún compañero. En mi vida adulta nunca mas vi esos ejercicios matemáticos como los que me enseñó, pero el orden para resolver problemas y el valor de la superación constante y esfuerzo continuo me ha hecho surgir en la empresa de manera tal que he optado a dos cargos superiores ganándolos y aumentado mi sueldo paulatinamente lo que hoy en día me da la opción de formar una nueva familia.

Es por esto que escribo estas letras y adjunto mi parte de matrimonio ya que no debiese estar ausente una de las personas más influyentes en mi vida: Mi querida maestra básica.

“Atención: Sin importar cuantos modelos, metodologías, formas, enfoques, programas, reformulaciones, ajustes y cuanto tema pase por educación, no debemos dejar a un lado la transversalidad de los valores. Son nuestros principios valóricos los que nos hacen crecer como país.”
Profesor Roberto Farías Bahamondes. Presidente Observatorio Educacional.